- entonces le escribí una carta.
- nunca se la mandes, por favor
- ya la mande, era re sensible, y sensata.
- no lo decia por eso
- entonces ¿porque?
- deja ya de abrirte y tajearte y que ella sea tu cirujana! Yo te puedo regalar unas curitas de Kitty, no te sanan del todo, pero evitan infecciones y ademas quedas precioso...
- si necesito y una vida propia tambien
- ya la tenes, el problema es que no te das cuenta.
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